Hablamos de artista, hablamos de docente,… Hablamos de vocación. ¿Por qué no se permite que ambas puedan convivir? ¿Por qué se penaliza hoy día, en investigación, la interdisciplinariedad? Si te evalúan desde el ámbito artístico, te penalizan los méritos de educación. Si te evalúan desde el ámbito educativo te penalizan los méritos artísticos. Y la pregunta que planteo es; Si hablamos de arte en educación y, si las personas que imparten docencia, en Bellas Artes, se les evalúa, valga la redundancia, como docentes, se les valora la docencia impartida, por qué hay que discriminar a unos
u otros según el lugar en el que se imparta o según donde se hable o expresen a través del arte. Si partimos del mismo requisito, la licenciatura o el grado en Bellas Artes, si tomamos como base el conocimiento, y la Expresión a través del Arte, la Expresión Artística, y si realmente buscamos el desarrollo integral del alumnado y no mostrar lo bueno o buena que soy a nivel artístico o a nivel docente, qué diferencia hay entre un grupo u otros de docentes. Cuando una docente o un docente posee experiencia artística, los beneficiados son los discentes, porque comparte su propia experiencia artística con el alumnado. Si el artista tiene experiencia y vocación docente, conseguirá, no solo transmitir su experiencia artística, sino que con las herramientas educativas adecuadas, conseguirá que los actores implicados logren un mejor rendimiento en su proceso creativo y personal. Por lo indicado lanzo la pregunta al respecto: ¿Por qué el sistema universitario actual castiga esta controversia, y por qué es un impedimento para que el o la docente pueda continuar su andanza en “esta magnífica carrera”?