La enseñanza/aprendizaje de la Educación Artística es una práctica que nos sitúa permanentemente entre dos vertientes: la artística y la educativa. En ocasiones, esto juega en nuestra contra para desarrollarnos profesionalmente, ya que las instituciones que valoran los méritos no son necesariamente conocedoras del valor de lo artístico en este ámbito. Esto genera un desequilibrio que viene fundamentado por una estructura de evaluación que no se adecúa a las especificidades de nuestra Área.
¿Qué sería la Didáctica de la Expresión Plástica si no existiera el Arte? ¿Qué sentido tendrían nuestras aportaciones científicas si no existiera previamente una creación artística generada de un proyecto educativo? A nuestro pesar, estas cuestiones no están del todo claras y se corre el riesgo de que el valor de lo que hacemos como artistas, docentes e investigadores no reciba la importancia que tiene en el entorno académico.
Por este motivo, las personas profesionales del Área somos las que debemos velar para que tanto lo educativo como lo artístico sea valorado de forma más ecuánime.
El objetivo de la instalación es vislumbrar la necesidad de equilibrar el “peso” de los méritos en Educación Artística, partiendo de un discurso visual que invita al espectador a enfrentarse de forma interactiva a esta problemática.