El aumento de la longevidad y la disminución de la natalidad están suponiendo un cambio en el continente europeo, en concreto en la sociedad española se detectan provincias especialmente envejecidas como son el caso del Principado de Asturias y la comunidad autónoma de Castilla y León. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) han planteado líneas de actuación a favor de las personas mayores. En España se ha publicado el Libro Blanco sobre Envejecimiento Activo. Dentro de esas pautas saludables se encuentra el aprendizaje activo, la práctica de actividades culturales y artísticas.

Particularmente las clases de educación artística enfocadas a estos sectores de población se localizan en centros sociales, cursos de ayuntamientos, talleres de asociaciones, academias y también en los programas específicos para mayores de los museos y de las universidades. Desde el área de Didáctica de la Expresión Plástica de la Universidad de Oviedo se están comenzando a desarrollar algunas propuestas en este ámbito. El profesorado que se hace cargo de estas clases encuentra que la labor docente habitualmente segmentada y enfocada a diferentes niveles educativos, edades y especialización, aun teniendo numerosos puntos en común, presenta diferencias notables en este ámbito.
El gusto por las técnicas tradicionales y el arte figurativo evidencian las experiencias educativas vividas por las diversas generaciones mostrándose poco interés inicial por la experimentación y el arte contemporáneo. Este nuevo público, cuya edad oscila entre los 60 y 90 años, supone un reenfoque de las propuestas de enseñanza-aprendizaje y la creciente demanda de actividades lleva a pensar en la posible especialización del área en este grupo de población, y a trazar cuales pueden ser los objetivos y estrategias de una educación artística para mayores.