En medio del Antropoceno y ante la emergencia del cambio climático se hace necesario repensar las maneras que tenemos de relacionarnos con el entorno. Tal y como avisaba Latour, el planeta Tierra ha dejado de ser un escenario para pasar a entrar en escena: actúa, tiene control y ejerce presión sobre nosotros. El ámbito estético del pensamiento se presenta como una de las potencias fundamentales capaces de hacernos reconectar con este mundo que somos. Las apreciaciones estéticas, el desarrollo de la percepción y la sensibilidad, han pasado de ser meras anécdotas de visita al museo a convertirse en una necesidad educativa y pedagógica en nuestras sociedades. El lenguaje del arte, en colaboración con su didáctica, son las guías que evidencian que el aprendizaje a través de lo artístico aporta fluidez y conecta con los pensamientos, las emociones y las acciones. La educación estética equilibra lo eco-social y lo espiritual, capacitando a los docentes a comprender los sucesos devastadores que tienen lugar en nuestro planeta y así hacérselos llegar a su alumnado por vías hasta ahora poco exploradas.
En consecuencia, se ha considerado necesario empezar a componer una hoja de ruta que pueda resultar útil para que maestros y maestras de Educación Primaria sean capaces de abordar esta clase de aprendizajes en las aulas a través del fomento de las habilidades sensibles. De este modo, la investigación se va a centrar en descifrar la potencia de los aprendizajes estéticos en el ámbito educativo a través del desarrollo de algunas herramientas procedentes de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) y las prácticas artísticas. En definitiva, el objetivo es argumentar cómo el optar por una educación multidimensional e integradora, que forme a individuos sensibles y conscientes del hecho de ser entorno natural, nos facilitará llevar a cabo una transformación ecológica efectiva que nazca desde el interior del ser humano.