La capacidad humana para crear máquinas y lenguajes informáticos ha acarreado inquietudes éticas ante la posibilidad de que adquieran autonomía, o de que alteren el orden social por el que se rige el mundo. Los griegos ya proyectaron alegorías sobre figuras como Galatea, que simbolizaban fantasías de creación artificial y dominación sobre la mujer. Quizás nuestro más reciente invento, la inteligencia artificial, se proclame capaz de desafiar el poder establecido. Sin embargo, el data-feminismo apunta a la Ciencia de Datos como un nuevo orden de dominación mundial mediante la gestión masiva de información.
En este contexto de digitalización, se ha acelerado también el proceso de dataficación del entorno educativo, perfilando uno de los mayores retos al que se enfrenta la coeducación del siglo XXI: la discriminación algorítmica. Por ello, es crucial generar diálogos reflexivos sobre el papel del profesorado y de las escuelas ante dicho fenómeno. Aquí las artes desempeñan un papel fundamental, al permitir diseñar estrategias artísticas y activistas que fomenten la creatividad y la reflexión crítica.
Así nace Galatea, como un proyecto artístico y coeducativo para concienciar sobre las discriminaciones de sexo/género y étnicas que se perpetúan desde la inteligencia artificial, y el desafío que ello supone para los propósitos coeducativos. Galatea es una metáfora cibernética que bebe del Romanticismo, la ciencia-ficción y el data- feminismo. Creada por Maeso y Abalia, proclama desde el entorno digital la igualdad entre seres humanos y alerta de los sesgos de la inteligencia artificial.
Dentro del proyecto destaca el cortometraje didáctico Galatea Revolution (2023), realizado en formato 360º para ser visualizado con gafas de realidad virtual. Muestra una simulación de videojuego en el que Galatea recopila los siete principios del feminismo de datos, instándonos a preguntarnos ¿cómo desafiar los sesgos de la discriminación algorítmica?; ¿cómo generar datos desde una perspectiva feminista interseccional?